Per le strade di Pechino erano giorni di maggio
Tra noi si scherzava a raccogliere ortiche.
Tra noi si scherzava a raccogliere ortiche.
-Franco Battiato-
A Michel Feijoo, mi amigo desde siempre.
Quizá no sabíamos que éramos felices,
porque vivíamos ese instante de fulgor
justo antes de la felicidad
que cifrábamos en la llegada inminente
del verano y sus bendiciones.
Era lo que nos prometía
el reventón de primavera
que era siempre mayo en Madrid.
¡Cómo nos entusiasmaba dar largas caminatas
desde barrios que descubríamos!
-colonizar lo llamábamos ¿te acuerdas?-
A veces desde Cuatro Caminos,
otras desde Plaza de Castilla
o incluso
desde más allá,
pero siempre riendo, charlando
y desdordando el camino de alegría.
Otras veces nuestro espacio era
el centro y sus aledaños;
Sol, Callao, la Gran Vía, la Zarzuela,
Recoletos, el Templo de Debod,
el viejo Madrid de los Austrias
o la calle Infantas,
donde tu madre nos daba mil pesetas,
¡aquella fortuna!, para merendar
y tomar horchata en Candela.
¡Cuántas veces buscamos el fresco
en los pasillos de Espasa Calpe
ojeando libros de viajes
que nos llevaban tan lejos!
Buceando en ilustraciones
que alimentaban y disparaban
nuestra imaginación.
¿Recuerdas aquella tarde de confidencias
en el Parque del Retiro
con Mari Cruz y su amiga Pilar...?
¡Cuántas veces bosquejamos
camino de regreso a Oporto
planes abstractos y vagos
para un futuro que parecía
mucho más lejano que el verano en ciernes!
Y claro que sabíamos que éramos felices.
Por eso volvíamos siempre
a nuestro querido barrio,
siempre riendo, charlando
y desbordando el camino de alegría.
©® Enrique R. del Portal, 2023
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