domingo, 4 de agosto de 2024

El nudo que nos ata.

Déjame que no te crea
cuando dices que ya no hay nada,
déjame que lo ponga en cuarentena
con todos los adioses
que precedieron a este adiós,
y con todos los dolores
que sirvieron de anestesia
a la llegada de este dolor.
Déjame que te recuerde
que tú llamaste después de cortar las líneas,
después de atrancar las ventanas
y de obstruir las cerraduras.
Que tú no esperaste apenas
a que acabase la madrugada
para repetir la llamada
aún antes de que llegase el alba.
Déjame que sostenga
con mis manos desnudas
tu pura contradicción
Que la ame y la proteja,
que la envuelva en la sonrisa
de una sentencia frívola
y la adopte como propia
hasta entender tus estampidas.
Déjame que no te crea
cuando dices que ya no hay nada
porque sé que ese vacío
es el nudo que nos ata.



©® Enrique R. del Portal, 2024.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Cine Imperial

A veces sucedía la magia, y mis padres decidían regalarme una tarde fuera de casa, de merendola y sesión de cine. Pudo ser el día de la foto...