viernes, 31 de marzo de 2023

Hubiera podido ser yo.

“Al ver que no sonaba el teléfono 
supe de inmediato que eras tú “

- Dorothy Parker-

Hubiera podido ser yo 
el que abriese las esclusas
de tus sueños húmedos 
para regar los secanos y el esparto
de la madrugada.
El que esperase impaciente,
en el andén del deseo,
el momento justo de los aullidos
y de cruzar con los tuyos mis dedos.
Hubiera podido atender
eternamente el buzón de recuerdos,
y estar recibiendo llamadas
de alguien cuya voz (asombrosamente)
me recordase a la tuya.
No habría puesto objeción 
a compartir los hijos que no tengo
y, perezoso pero feliz,
ir a buscarlos a la puerta del futuro
mientras tu aguardabas en otra estación,
en otra vida y otro tiempo.
Hubiera podido ser yo
el que llevase el duelo de tu ida
y celebrase el regreso cotidiano.
Pero aquí estoy, deslumbrado,
en esta esquina de la noche
en la que sé que nunca volveremos 
a vivir ni ser 
aquellos que nunca fuimos,
y aquello que nunca fue.



©® Enrique R. del Portal, 2023

miércoles, 22 de marzo de 2023

Y por qué escribo

Quizá porque, a veces,
demasiadas,
me importa más lo escrito
que lo vivido.
Igual porque los recuerdos
son más una fantasía
de lo que hubiera querido
que un registro fiel
de lo sucedido.
Probablemente porque
traducirme en palabras 
es la más extraña forma, 
y más dulce a la vez, 
de sentirme vivo.



 ©® Enrique R. del Portal, 2023

lunes, 13 de marzo de 2023

Literalmente y en espíritu.

Y me perdí,
literalmente y en espíritu.
Por un momento no supe donde estaba,
tú ya descansabas en el aprisco de sábanas;
yo no encontraba el camino de vuelta a mi habitación
y ya casi había desaparecido el de regreso a casa,
la otra casa,
la otra ciudad,
la otra vida.
Desde entonces
el pivote de mi corazón quedó varado en esta nada
a veces plácida y a veces turbulenta.
Sólo recuerdo aquel cruce.
Parar un instante bajo la lluvia, tan torrencial,
que desdibujaba los adoquines de la calle,
y con los ojos cerrados empaparme de aquella duda,
de aquel mar en suspensión y caída.
Ya no había motivo para correr.
el pasado era hojarasca y limo,
el presente demasiado permeable
y el futuro ¡ay, el futuro...! posiblemente esperando
en forma de rincón donde protegerme del aguacero
o de amable toalla tibia y seca.
Pero no me guarecí;
abracé la lluvia y me ofrecí al sacrificio.
Y aquí estoy deshecho, esparcido, disuelto.
Perdido
literalmente y en espíritu.



 ©® Enrique R. del Portal, 2023

Cine Imperial

A veces sucedía la magia, y mis padres decidían regalarme una tarde fuera de casa, de merendola y sesión de cine. Pudo ser el día de la foto...