¿Quién eres que no te reconozco?
Mira;
Esas son las manos que ella cogía,
los hombros en los que se apoyó,
el cuello que rodeaba, jadeando,
las noches eternas de insomnio
Mira;
Esas son las manos que ella cogía,
los hombros en los que se apoyó,
el cuello que rodeaba, jadeando,
las noches eternas de insomnio
en las que te amó.
Esas mejillas son de su tristeza,
las de su alegría cuando rió.
Esa es la mirada que sostenía,
la frente, los párpados, los muslos,
la piel, las vísceras, el corazón
Este no eres tú,
eres la huella del que ella tocaba,
la sombra de lo que ella miró.
Sólo un decadente envoltorio,
una sonrisa en descomposición.
Si soy es porque fui tuyo;
el espejo y su extraña razón.
Esas mejillas son de su tristeza,
las de su alegría cuando rió.
Esa es la mirada que sostenía,
la frente, los párpados, los muslos,
la piel, las vísceras, el corazón
Este no eres tú,
eres la huella del que ella tocaba,
la sombra de lo que ella miró.
Sólo un decadente envoltorio,
una sonrisa en descomposición.
Si soy es porque fui tuyo;
el espejo y su extraña razón.
©® Enrique R. del Portal, 2023.
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